Jun 15
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Hola amigos.
Tal como les comentaba en mi artículo anterior, la meditación tiene comprobados efectos sobre nuestra salud. Y una prueba de ello es esta experiencia de mi vida que les contaré a continuación tal como les había prometido.
Mi primer encuentro con la meditación fue en mis venti tantos, en esa época estaba de muy de moda la llamada “Meditación Trascendental”. Un amigo me convenció de que fuéramos a ver de qué se trataba, nos llamó la atención y participamos en el ritual de iniciación, donde se nos daba un Mantra que era la herramienta principal del método. Yo la practiqué casi durante un año per realmente sin mucha disciplina y luego abandoné la práctica.
Pasaron 20 años y llegué a mis 40 y tantos, eran para mí los momentos cumbres de mi carrera y productividad laboral, a los que le dedicaba la mayor cantidad de mi tiempo. (Cero ejercicios, muchas horas extras de trabajo y full estrés)
Dos eventos
En ese momento sucedieron dos eventos “aparentemente inconexos”. El primero fue que durante una revisión médica anual, encontraron que varias de mis arterias estaban parcialmente bloqueadas, por lo que mi cardiólogo me recomendó un cambio en mi vida, con mucha dieta y mucho ejercicio. El segundo fue que una muy buena amiga que estaba leyendo unos libros y siguiendo a un gurú cuya fama crecía en la India y en el mundo, me prestó uno de los libros para que lo leyera.
Al terminar de leer el libro, me dije que si parte de lo que allí se decía era verdad, pues sería interesante ir verlo. Conversé con mi amiga, quien me llevó a varios sitios de reunión donde entre otras cosas practicaban meditación, bastante similar a la que yo conocí 20 años atrás. Luego de unos meses decidimos viajar a la India, así que tomé algunas de mis vacaciones vencidas y emprendimos la aventura.
De todas mis experiencias por ese país / continente, podría escribir un libro, pero a efectos de este artículo, les digo que incrementé mi práctica y mi gusto por la meditación, tanto así que a mi regreso decidí convertirla en una actividad diaria, que ejecutaba todas mis mañana durante casi una hora, con profunda dedicación. Así que tuve que reorganizar mis actividades diarias.
Ocho meses después de este regreso, me tocaba nuevamente mi revisión médica. Al final de la misma, mi cardiólogo me dijo: “Permítame felicitarlo, sus bloqueos han desaparecido, por lo que veo tomó seriamente lo de la dieta y los ejercicios”. No pude más que sonreír mientras le contestaba: “Doctor usted no me lo va a creer pero no he hecho ningún ejercicio y de la dieta debo haber seguido apenas un 20%”.
Conversamos un rato y finalmente le comenté, que el único cambio que había introducido en mi vida durante ese año era meditar con mucha dedicación. Cuando le dije eso, no se sorprendió, al contrario me comentó, que había leído de varios casos similares y que yo era una prueba más de los beneficios que aportaba esa práctica. Y me felicitó.
En resumen, continué con mis sesiones diarias intensas por aproximadamente 7 años más. Luego no dejé de meditar, sino que lo continué de una manera más “light”. Todavía medito pero de una forma diferente, buscando cada vez más estar consciente de mí mismo, lo cual se puede hacer durante todo el día mientras realizamos nuestras actividades diarias.
Esta fue mi experiencia con la meditación, Quiero decirles que lo que acabo de escribir, en ningún momento debe ser interpretado como un consejo para que dejen sus tratamientos médicos si es que los tienen, simplemente quise compartir con ustedes lo que fue mi experiencia personal, con un tema que definitivamente mejora nuestra calidad de vida y nuestra salud. Y que todos deberían practicar sin importar la edad que se tenga.
Bueno amigos en mi próximo artículo, les comentaré sobre algunas de las principales técnica de meditación, y de nuevo les exhorto a iniciar o retomar esta práctica.
Les envío un abrazo.
Italo.
[…] les comenté en el segundo artículo de la esta serie, al llegar de mi primer viaje a la India, “decidí convertir a la […]