Mar 15
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Cambiar
Hola amigos, hoy voy a comenzar una serie de artículos relacionados con el cambio. Esta palabra aparece constantemente a nuestro alrededor y forma parte de nuestro día a día.
Quiero decirles que para mí lograr un cambio exitoso en nosotros, es igual que lograr un objetivo externo que nos hayamos propuesto, por lo que para tener éxito en el cambio que deseamos, debemos manejar las misma herramientas y seguimientos que cuando nos proponemos una meta externa como podría ser realizar un viaje a un país deseado.
Lo que muchas veces nos hace ver un cambio interno como más difícil de alcanzar, es que pueden existir obstáculos en el camino, de los cuales no estamos tan conscientes como podríamos estarlo cuando planificamos lograr una meta en particular.
Durante mis más de 30 años como gerente de proyectos y coordinador de cambios en grandes empresas, muchas veces reflexionaba sobre cómo se podrían aplicar muchas de las herramientas que las empresas utilizan para manejar sus cambios, lograr sus objetivos y controlar sus proyectos, en el logro de nuestras metas personales y cambios deseados.
Cuando empecé mi cambio personal, para dedicarme a una pasión que había tenido guardada por demasiado tiempo. Decidí ser mi propio conejillo de indias, y aplicar muchas de las herramientas que manejaba en el área empresarial, a mi cambio personal y el logro de mis nuevos objetivos.
No voy a decir que no me golpeé varias veces, pero al final el resultado fue exitoso, y logré poder dedicarme a lo que realmente me gusta y comenzar de nuevo. (vale la pena decir que todo ese proceso fue después de los 50)
Quiero decir que también recibí el apoyo de varios coachs en el camino, lo que me permitió avanzar en mi proceso con mayor celeridad, ya que pude entender mucho más rápido los bloqueos y pensamientos que detenían mi avance.
Ahora en mi trabajo como coach de vida y facilitador de procesos de cambio, utilizó mucho esas técnicas con mis coachees, logrando realmente muy buenos resultados. Recuerdo un caso con un ejecutivo de una empresa, que me comentó: “No puedo creer que estoy aplicando técnicas que utilizo todos los días en la empresa, en mi situación personal” Y así es, sobre todo en los procesos asociados al cambio.
¿Qué es el cambio?
Cuando escuchas la palabra CAMBIO ¿Qué es lo primero que te viene a la mente?
“Hay una sola constante en este universo y esa constante es el cambio.” Lo queramos o no, siempre estamos en un proceso de cambio ya sea consciente o inconsciente. En nuestra sociedad, nuestro trabajo, nuestra familia o en nosotros mismos.
Existe un consenso de que el cambio es una realidad que nos afecta fuertemente, de hecho lo único sólido a lo cual es posible aferrarse, es a la certeza de que cualquier cosa que pasa hoy, ya habrá cambiado al día siguiente.
¿Cómo podríamos definir el cambio?
- La transformación del estado actual de las cosas hacia un estado deseado.
- Rompimiento de la inercia en la forma de ser y de hacer las cosas.
- Lograr un objetivo propuesto en nosotros mismos.
Todo cambia constantemente en nuestro alrededor y nosotros cambiamos también.
Eso nos lleva a considerar el cambio como un proceso continuo y no como un evento aislado. Podemos pensar que existe una secuencia progresiva de comportamientos, que deben ser experimentados y dominados para poder pasar a través del proceso de cambio adecuadamente.
El Proceso del cambio.
Como podemos describir el proceso de cambio que nos lleva de un estado actual a un estado deseado:
Cambiar no es muy fácil, primeramente por que ni todas las personas están dispuestas a realizar esfuerzos en este sentido, y aunque estén dispuestas, es muy fácil volver a los antiguos padrones de funcionamiento.
Kurt Lewin estructuró un proceso de tres pasos, para ir hacia un cambio efectivo y duradero en el área organizacional, pero que se puede aplicar igualmente a los cambios personales. Básicamente, la idea se puede describir en tres pasos: descongelar los valores antiguos, cambiar y re-congelar estos nuevos valores.
Entendiéndose por descongelar, el hacer obvia la necesidad de cambio, poder verlo y entenderlo.
Cambiar implica, recorrer el proceso identificándose con los valores aptitudes y comportamientos correspondientes al estado deseado e internalizándolos.
Re-congelar significa transformar en regla de actuación (hábitos) el nuevo padrón de comportamiento, usando para esto mecanismos de apoyo o refuerzo, de modo que se forme una nueva norma.
Estos tres pasos se ejecutan en las organizaciones mejor y más rápido, mediante el apoyo de un agente de cambio entrenando, que ira a liderar a los individuos, los grupos o toda la organización y en el área de cambio personal con el apoyo de un coach.
El tiempo entre descongelar y re-congelar es el tiempo de duración del cambio y lo podemos llamar tiempo de transición. Es esa especie de situación intermedia donde percibimos con más fuerza, los obstáculos, las dificultades y los costos internos que el cambio nos produce. Ya que, no hemos aún abandonado completamente lo que nos molestaba o queríamos cambiar, ni hemos obtenido todavía los beneficios que esperamos. Este es el momento en que el cambio es más frágil.
Durante el período de transición, se da frecuentemente un decaimiento temporal en nuestro desempeño, así como un deseo de abandonar el proceso. (Auto-sabotaje) Ya que no hemos convertido en un hábito las nuevas reglas de actuación.
El desafío en todo este proceso es claro: consiste en minimizar el decaimiento, y reducir la duración de la transición venciendo todos los auto-sabotajes que se nos aparecen en el camino, entendiendo las nuevas habilidades que son necesarias en el estado deseado.
Bueno amigos. En el próximo artículo les hablaré sobre la resistencia al cambio.
Un abrazo
Italo
El cambio no solo es lo único permanente que tenemos sino que es un continuo. Al alcanzar una nueva meta ya tenemos otra por alcanzar, es un sinfín.
Excelente articulo, como siempre…