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7 cosas que desearía que me hubieran enseñado desde pequeño

Me gustaría haberlo sabido antes

Yo pasé los 50 hace ya un buen rato. No pienso mucho en el pasado o me lamento por él en estos días.

Pero a veces desearía haber sabido algunas cosas que aprendí ya de adulto o en los últimos años un poco antes. ¿Qué tal si hubiera habido una clase de superación personal en la escuela? Y de alguna manera, yo hubiera ido.

Así que aquí hay 7 cosas que desearía que me hubieran enseñado en la escuela (o me gustaría haberlo sabido antes).

1.      La regla 80/20.

 

Esta es una de las mejores maneras de hacer un mejor uso de su tiempo. La regla 80/20, también conocida como el Principio de Pareto, básicamente dice que el 80 por ciento del valor que recibirás provendrá del 20 por ciento de tus actividades.

Así que mucho de lo que haces probablemente no sea tan útil o incluso necesario de hacer como quizás piensas que lo es.

Tú puedes simplemente dejar de hacer, o reducir enormemente el tiempo que le dedicas a un montón de cosas.

Y si lo haces, tendrás más tiempo y energía para gastar, en aquellas cosas que realmente te aportan valor, felicidad, satisfacción, etc.

 

2.       Sea proactivo. No reactivo

 

Si todos son reactivos entonces se hará muy poco. Podrías sentarte, esperar y esperar a que alguien más haga algo. Y eso sucede con bastante frecuencia, pero también puede pasar mucho tiempo antes de que suceda.

Una forma más útil y beneficiosa es ser proactivo, ser simplemente el primero en tomar la primera acción práctica y poner en marcha las cosas. Esto no solo te ahorra mucha espera, sino que también es más placentero, ya que sientes que tienes el poder sobre tu vida. En lugar de sentir que te manejan un grupo de fuerzas externas al azar.

 

3.      La Ley de Parkinson.

 

Puedes hacer las cosas más rápido de lo que piensas. Esta ley dice que una tarea se expandirá en el tiempo y parecerá compleja en función del tiempo que le dediques a ella. Por ejemplo, si te dices a ti mismo que encontrarás una solución dentro de una semana, entonces el problema parecerá ser más difícil y pasarás más y más tiempo tratando de encontrar una solución.

Así que concéntrate en buscar soluciones. Luego, concédase una hora (en lugar de todo el día) o un día (en lugar de toda la semana) para resolver el problema. Esto forzará tu mente a enfocarse en soluciones y en la acción.

El resultado puede no ser exactamente tan perfecto como si hubieras pasado una semana en la tarea, pero como se mencionó antes (Regla 80/20), el 80 por ciento del valor provendrá del 20 por ciento de las actividades de todos modos. O puede terminar con un resultado mejor porque no has sobre complicado o pulido demasiado las cosas.

Esto te ayudará a hacer las cosas más rápido, a mejorar tu capacidad de concentración y a brindarte más tiempo libre en el que puedes concentrarte totalmente en lo que tienes enfrente en lugar de tener una tarea inminente creando estrés en el fondo de tu mente.

 

4.      Entre un 80% y un 90% de lo que temes que suceda, nunca realmente se materializa.

 

Este es uno grande. La mayoría de las cosas que temes que sucedan, nunca sucederán. Son solo monstruos en tu propia mente. Y si ocurren, a menudo no serán tan dolorosos o malos como esperabas. Preocuparse es a menudo solo una pérdida de tiempo.

Esto es, por supuesto, fácil de decir. Pero si recuerdas cuán poco de lo que has temido a lo largo de tu vida, realmente ha sucedido, puedes comenzar a liberar cada vez más de esa preocupación de tus pensamientos.

 

5.      La gratitud es una forma sencilla para sentirte feliz.

 

Claro, probablemente me dijeron que debería ser agradecido. Tal vez porque era lo correcto o simplemente algo que debería hacer. Pero si alguien me hubiera dicho que sentirse agradecido por las cosas durante uno o dos minutos, es una gran manera de convertir un estado de ánimo negativo en uno feliz, probablemente habría practicado la gratitud más.

También es una buena herramienta para mantener tu actitud y enfocarte en las cosas correctas. Y para hacer felices a otras personas. Lo que tiende a hacerte aún más feliz, ya que las emociones son contagiosas.

 

6.      No te compares con los demás.

 

El ego siempre quiere comparar. Quiere encontrar razones para que te sientas bien contigo mismo («¡Tengo una bicicleta nueva!»). Pero al hacerlo también se vuelve muy difícil no compararte con otros que tienen más que tú («¡Oh, no, Luis ha comprado una bicicleta aún más bonita!»). Y entonces no te sientes tan bien contigo mismo una vez más. Si te comparas con los demás, dejas que el mundo controle el cómo te sientes acerca de ti. Siempre te conviertes en una montaña rusa de emociones.

Una forma más útil es compararte a ti mismo. Para ver qué tan lejos has llegado, qué has logrado y cómo has crecido. Puede que no suene demasiado divertido, pero a la larga trae mucha más calma interior, poder personal y sentimientos positivos.

 

7.      Primero das valor, Luego obtén valor. No de la otra manera.

 

Esto es un poco contra-intuitivo. Existe la idea de que alguien debería darnos algo o hacer algo por nosotros antes de que nosotros le devolvamos algo. El problema es que mucha gente piensa de esa manera.

Si deseas aumentar el valor que recibes (dinero, amor, amabilidad, oportunidades, etc.), tienes que aumentar el valor que das. Porque con el tiempo obtienes mucho de lo que das. Sería bueno obtener algo por nada. Pero eso rara vez sucede.

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